sábado, 12 de febrero de 2011

¿Qué es mirar astrológicamente la realidad?

PARA QUE LA ASTROLOGÍA NO SEA UN REFUGIO 
SINO UN APORTE A LAS TRANSFORMACIONES QUE VIVIMOS  por Olga Weyne    


Si querés leer la charla completa  hacé click aquí 

En la etiqueta NOTAS Y ENSAYOS (es ésta en la que estás ahora), colgaremos notas de extensión entre breve e intermedia. Si provienen de alguna fuente más extensa, podrás buscarla en ARCHIVOS DE TEXTOS Y FUENTES, donde se archivarán (textuales) las charlas, conferencias y artículos de distintos autores así como también las notas editoriales de los diarios, que vamos sugiriendo no sólo como fuentes sino también como motivadores para las reseñas sintéticas. De esta manera confiamos satisfacer los diferentes deseos y necesidades de nuestros amigos lectores. AATP

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LA ASTROLOGÍA, UNA MANERA DE MIRAR
BB

¿Dónde se esconde o se proyecta la sombra colectiva? ¿Qué lectura de nuestro destino como país y como habitantes de este planeta nos permiten hacer las crisis económicas, políticas, culturales? ¿Qué proyecciones se pueden hacer hacia el futuro?

En el grupo de Astrólogos Argentinos Tendiendo Puentes nos gusta decir “La Argentina que somos” para incluirnos en las responsabilidades colectivas. El astrólogo es un ciudadano más, con sus creencias y puntos de vista personales, que condicionan inevitablemente sus lecturas astrológicas (individuales o "mundanas"). En mi opinión, esas creencias deberían estar siempre a la vista, para impedir que se les hagan a nuestras lecturas proyecciones del tipo "punto de vista objetivo" (o sea, "punto de vista de Dios"). En lo que me atañe, mis creencias están públicamente expuestas en el perfil de mi página personal en facebook. Desde allí miro -hoy por hoy- la realidad del país y mundial.


LA ASTROLOGÍA ES "PERCIBIR AMPLIADO"
Entender que formamos parte de un sistema, y que éste a su vez está contenido dentro de otros sistemas: that is the question. Por ejemplo, que el mundo incluye a nuestro país, que éste es un sistema que a su vez incluye a nuestras redes, grupos, familias y finalmente "me incluye a mí".

El análisis de los astrólogos es -pido tolerancia por esta imagen- similar a analizar las células o el ADN de un ser humano individual. Describimos un mapa –parecido al “genoma”- de ese individuo y lo incluimos en los tejidos que lo contienen: su familia, su país, el mundo, el sistema solar. La micro partícula espacio-temporal que tomamos es la carta natal: ésa es nuestra fórmula y desde allí leemos, proponemos, elaboramos hipótesis.

EL MITO DEL TIEMPO LINEAL
El tiempo fue mal comprendido en Occidente;  esto no lo dice sólo un astrólogo, esto también ha desvelado desde siempre a los filósofos. Casi nunca se nos ocurre cuestionar este curioso invento humano: un supuesto tiempo que arranca en un punto y que sigue hasta otro “punto final”. Es casi incomprensible que nos hayamos apartado tanto del tiempo real, el de la Naturaleza, el tiempo constatable de todos los días, el tiempo del día y de la noche y de las cuatro estaciones. O sea que el tiempo real es cíclico: esto es una obviedad.

LO MÁS DIFÍCIL: DECONSTRUIR
Este tipo de astrología que hoy queremos compartir entre todos, nos propone en primer lugar desmontar creencias falsas sobre las cuales nuestra percepción -individual y colectiva- propone construcciones a su vez también falsas.

La creencia más perniciosa, la más falsa y hechizante es que la "realidad" es algo que está allí, mientras que yo estoy aquí analizándola, evaluándola, operando sobre ella. Deconstruir esto nos va a llevar aún muchas décadas, dicho con optimismo. En paralelo a esta gigantesca tarea, va asomando la que probablemente sea otra creencia colectiva -no sé si podremos humanamente hablando prescindir de ellas- pero por lo menos más incluyente y abarcadora. La que nos dice que la realidad es simbólica, o sea, que la percepción ampliada crecientemente es la co-creadora de la realidad. Este tema merece uno o varios artículos especializados (ya nos abocaremos a buscarlos para ofrecerlos a los lectores de nuestro blog, tantos autores/as maravillosos/as están actualmente abocados a esta ventana investigativa).

LA APABULLANTE REALIDAD DEL SÍMBOLO
Creo que todos coincidiremos con que a partir del 2000, y sobre todo del 2001, todo cambió. No sólo cambió desde lo social, o desde lo que nuestras voluntades pueden hacer o dejar de hacer. También cambió el clima, se aceleraron los movimientos telúricos, o sea, hasta la tierra misma y sus elementos naturales empezaron a mostrar cosas diferentes y “acuarianas”.

El estallido de las Torres Gemelas el 11 de setiembre de 2001 fue un mojón simbólico. La crisis económico-financiera del 2008 y el estallido en Egipto también lo son.

Poder leer un símbolo es algo sumamente eficaz. A los astrólogos entrenados en esta mirada o escuela, nos preparan para leer simbólicamente la realidad, y esto quiere decir leer lo que ocurre en un lugar mirando lo que ocurre en otro lugar, y no desde la secuencia lineal causa-efecto. Jung, motivado por su diálogo con los físicos cuánticos, también llamó a esto (en su caso aplicándolo a la percepción humana), "sincronicidad".

Cuando estallaron las Torres Gemelas, no sólo los astrólogos sino todas las personas que se dedican a mirar simbólicamente el mundo, dimos un respingo. Los astrólogos saben que estoy hablando de la activación del símbolo de los Gemelos en el cielo, porque en ese momento había una posición planetaria muy precisa en el sistema solar, que resaltaba una parte del “genoma” de la carta de los EE UU (3).

O sea que cuando “arriba” los Gemelos estaban activados –por lo menos mirados desde nuestro punto de vista terrestre- acá “abajo” el símbolo más monumental a nivel internacional relativo a los Gemelos -las Torres Gemelas de Manhatan- saltaban por los aires.

En el año 2008 tuvimos otro ritual colectivo: la crisis económica mundial, ligada de manera directa por los astrólogos de todo el mundo, con la entrada de Plutón en Capricornio.

En este año 2011, la crisis egipcia está ligada a la entrada inminente de Urano en Aries... Y así podríamos seguir ligando -simbolizando- los movimientos de arriba con los de abajo.

LIMPIANDO EL PLACARD
Cuánto cuesta hacer la limpieza, sobre todo desprendernos de estos vejestorios que ya no nos sirven.
Las creencias acerca del mundo ocupan en nuestras vidas mucho más espacio que nuestras pertenencias materiales. 
Vamos a enumerar algunas, valiéndonos de una fértil clasificación difundida por Eugenio Carutti a partir de su programa Matriz de Arquetipos, de Casa XI (4).


LO VIEJO:

a · La Necesidad del enemigo

Aprendí mi nombre y mi lugar en la vida, en función de que alguien me protegió de lo malo del “afuera”. Así obtuve mi identidad. Reflexionemos: ¿cómo nace un país? Por regla general nace, simbólicamente hablando, por un acuerdo colectivo. En el caso de la Argentina lo situamos por primera vez el 9 de julio de l816. ¿Qué recordamos del nacimiento de nuestro país? ¿Qué recuerda cualquier persona del mundo si se le pregunta por el nacimiento de su país? Pues que generalmente fue un evento que tuvo lugar después de una guerra, y que fue la afirmación de derechos frente a algún invasor furiosa y valientemente expulsado, etc., etc.
A manera de hipótesis para discutir: me animo a sostener que esto que hoy nos ocurre -la necesidad del enemigo para facilitar mi identidad- no es el techo inevitable de la naturaleza humana. Esta creencia en la “necesidad del enemigo”, este patrón arquetípico, quizá tengamos que llevarlo al altillo en algún momento no muy lejano. Claro, será reemplazado por otro patrón análogo que quizá -sigamos con la mirada optimista- ejerza la misma función global en el sistema pero sea más incluyente y abarcante.
Igual falta mucho, ya sé. Entretanto, vayamos poniéndoles por lo menos los títulos a nuestras "tareas para el hogar"...

b · Adentro vs. afuera
Esta es otra creencia ligada a nuestra vieja condición de mamíferos gestados en un vientre. Como tales, querríamos eternizar inconscientemente ese “adentro” porque fue nuestro paraíso antes de nacer, el lugar donde todo lo que necesitábamos estaba cubierto. Es tan arraigada todavía esta creencia... que ninguno entre nosotros podría animarse a decir hoy, honestamente, que ya aprendió a poner en pie de igualdad la sensación de "pertenecer" con la de "no pertenecer"... (no valen los testimonios fóbicos).

c · La idealización suprema
Esta es otra creencia también vetustamente vigente. No nos cuestionamos demasiado por qué vivimos anhelando el amor eterno, el poder sobre todos, el triunfo total, la paz definitiva. “Una vez que llegue allí... allí me quedaré”. Se trata del anhelo de “lo absoluto”.
¡Sí, fuera del placard, de una vez!
Pero el ejercicio de limpieza nos pide acá básicas y hercúleas tareas de desilusión... ay...
d · La necesidad de un tótem-salvador
De las viejas creencias vigentes, ésta quizás es una de las más peligrosas, y no sólo en la Argentina (sino, preguntémosle a Mubarak).
Tiene que ver con la manera como los humanos hemos concebido al líder. No como alguien que ejerce una función dentro del sistema –la de conferirle un centro- sino como alguien que se hará cargo de lograr ese absoluto, esa idealización suprema que los demás y él mismo anhelan "para siempre".

Pero como obviamente no lo conseguirá... ¿cuál fue, es y seguirá siendo el destino inevitable de todo Tótem o de todo Salvador, en un momento dado? 
La inevitable caída...



Lo nuevo
Pero lo nuevo coexiste con lo anterior, y aunque a veces se contamina, resuena cada vez más en nuestro inconsciente.

a · Basta de “dame, dame...”
Esta es una letanía muy conocida, muy ligada al adentro y al afuera, a nuestra cualidad de mamíferos o de pichones en el nido, a nuestros miedos originarios. Nos deja irremediablemente aniñados cuando lo seguimos ejercitando fuera de tiempo y lugar. Y así empiezan los pactos y trueques oscuros: “dame... porque sólo si me das, yo te doy”.

Empieza a ser un petitorio irreal, una fantasía de que siempre habrá alguien que satisfaga mi anhelo de totalidad, que siempre escuchará mis demandas absolutas. Y por lo tanto, como son absolutas, nunca las satisfacerá.

b · Basta de “fue el otro... yo no fui”
Otra creencia terrorífica, universal -aunque a veces creemos que los argentinos la encarnamos con tanta inconsciencia- y es que lo oscuro, lo temido, lo erróneo... siempre estará “afuera”. El oscuro (el malo, el mafioso, el insensible) el el otro o la otra, vaya esta actualización indispensable para este momento de la historia nacional.
El Siglo XX tiene un mojón de arranque indudable en el año 1900 porque en ese año Sigmund Freud publicó su libro “La interpretación de los sueños”. De allí en más, los contenidos oscuros del inconsciente pudieron empezar a tener un escenario de creciente explicitación. A partir de Freud y luego con Carl Jung –más todos sus seguidores- hemos tenido cada vez menos excusas para levantar el dedo índice acusador contra “el otro”. Sin embargo, la tentación de proyectar en el otro o en la otra mis propias oscuridades inmanejables sigue siendo un modo tan, pero tan inercial de lo humano... que parece imposible de conjurar.

Es un hechizo adictivo, no queremos soltar ese chupetín... Que “el otro” no es el primer motor de nuestra penuria personal, que en el fondo espeja un núcleo de mi propia subjetividad, es una nueva creencia que nos cuesta empezar a incluir. Este tema nos compete, como pocos, a los argentinos del presente. Pero empieza a haber en nuestra sociedad un hartazgo evidente de estas infantiles creencias. Es una evidencia crecientemente compartida, una lúcida autocrítica colectiva que –lentamente- se va abriendo paso por contraposición a una modalidad que antes se solía reflejar cancheramente –o cínicamente- en la frase: “yo... argentino”.

c · Conciencia de “mutación”
Mutación, masa crítica, salto cualitativo, son también conceptos de la biología y de la física cuántica
Últimamente son muchos los raros... no creo que quepa discusión alguna. Es más, yo me animaría a decir que los que compartimos estos blogs y colgamos nuestras ideas o locuras en facebook, si aún no somos mutantes por lo menos estamos en el estadio de “pichones de mutantes”.
Más aún: me animaría a decir que la Argentina, como algunos otros lugares del mundo pero no como todos –es una hipótesis- está llena de raros, está llena de mutantes porque ello responde a uno de los núcleos de su genoma, como intentaremos compartir en artículos posteriores dedicados a la carta natal de nuestro país.

d · Vivencia del tiempo cíclico
El tiempo cíclico es el tiempo “real”, es el del día y la noche, el de las estaciones. Tiene una cualidad que se entronca con la vida, no con la imaginación humana acerca de los procesos.
En la Argentina –desde diciembre de 2001 hasta el presente, y de manera particular a partir del 2008 año en que arranca un ciclo de lunación en nuestro país- es obvio que estamos compartiendo, como entidad colectiva, una fase de increíble aceleración. Para nuestros parámetros habituales de medición del tiempo, todo esto es muy “loco”, porque pasaron tantas cosas que nos parece un siglo. Estamos compartiendo un fenómeno a nivel colectivo que es la aceleración del tiempo subjetivo.

e ·Todo lugar es el lugar
Algo volvió a hacerse presente, muy dolorosamente, en la Argentina. En el 2002, igual que en 1989, las colas ante las embajadas y consulados se hicieron multitudinarias durante los meses críticos. Algunos de los nuestros, los jóvenes sobre todo, buscaban “el lugar adecuado” porque parecía indudable que éste, el que los vió nacer, no les daba lo que pedían o necesitan. En los últimos años cuando la balanza volvió a inclinarse, luego del rechazo a las políticas desangrantes del Fondo Monetario y con la apuesta -que muchos apoyamos porque sentimos sincera- a un modelo de horizontes redistributivos, tantísimos de esos autoexiliados volvieron al país. Siempre en busca de "ese lugar correcto y adecuado para mí". Con todo el apoyo que ejerzo a favor de las propuestas gubernamentales actuales, sigo sin embargo creyendo que ese "lugar" desde el cual necesito y debo trabajar, para mí y para otros, no me lo delinea un gobierno o un grupo ideológico. Lo voy construyendo paso a paso, esté donde esté, en contacto con los que en ese momento constituyan mi zona de red. 

Creer que hay lugares elegidos y lugares malditos, está ligado básicamente a la creencia en el “adentro y al afuera”, así como al “dame, dame...”. Por supuesto que en el caso de los jóvenes –aún en edad de pedir con todo derecho algo que no se les ha dado- esta demanda parece legítima. Pero... ¿y en cuanto al resto, a los adultos? Es duro decirlo así, pero esto parece ligado a la vieja creencia de que adentro es diferente de afuera. Me voy de este lugar que imaginé que era un adentro protector porque ahora ya “no me da...”. Y me dedico a buscar otro interior protegido en otro lugar, donde “me den...”.

Sin querer emitir juicios injustos sobre las personas que en el mundo se sienten obligadas a tomar tan duras decisiones, a tener que emigrar para poder dar de comer a sus hijos ... todos conocemos lo que pasa en el resto del mundo... ¿No será una quimera suponer que un lugar “me dará” lo que en otro lugar“no se me dió”? Me lo dará durante un tiempo, quizá extenso inclusive. Miremos a los Estados Unidos, tierra de promisión mítica como pocas en los últimos tiempos... a la que también le llegó con esta última crisis, la evidencia de que todo ciclo tiene su auge pero también su declinación...

Sentir que se trata de "tengo que estar en el lugar adecuado, donde me den lo adecuado"... ¿no le faltará una parte a esta ecuación?... por ejemplo –en el caso de los adultos- qué es lo que yo no dí o no aprendí a dar? Por lo menos, de manera inteligente y madura.

Sí, los tiempos cambiaron y aceleradamente. Desde mis creencias personales, de nuevo estamos asistiendo a una etapa de apertura y confianza, con el riesgo de caer en el patrón del idealismo, pero a la vez con la perspectiva de retornar a la confianza real (sin alimentar la sombra del derroche o de la negación).

Ojalá podamos acompañar este proceso nuevo abierto en el mundo y en nuestro país, tanto desde las navegaciones personales como desde la colectiva. ¿Podremos o no? ... eso no está escrito en ninguna carta natal. Es privativo del proceso de individuación colectiva del planeta, al cual pertenecemos.

Pero sí podemos hacer algunas cosas, por ejemplo insistir en mantener los ojos abiertos, en resonar con las necesidades ajenas, en la revisión de nuestros propios juicios y prejuicios.
Entretanto solo cabe que la marea global mueva sus ondas -las de larga, media y corta duración- y alegrarnos por estar percibiendo estos grandes movimientos de la totalidad.
Y lo que nos cabe hacer, lo haremos: confiar, trabajar, meditar, tender nuestras manos, tender puentes.

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 CITAS Y FUENTES

1 Dicho en términos sencillos y sólo para entender nuestra analogía: lo holográfico es un principio físico que nos informa que las leyes , el orden, las proporciones que regulan una parte de un sistema, son equivalentea o análogos a las que regulan la totalidad del mismo.
2 Ver el debate originado a partir del 15 de enero, colgado en nuestra página de facebook, y la nota en este blog en El Zodíaco
3 Nos estamos refiriendo, obviamente, a la oposición Saturno-Plutón en el eje Géminis-Sagitario, tocando en esos momentos el eje principal de la carta de los EE UU).
4 Eugenio Carutti: “La matriz de los arquetipos” (hay material desgrabado en Publicaciones de Casa XI).

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