UNA MIRADA ASTROLÓGICA SOBRE NUESTRO PRESENTE
DESDE NUESTRA HISTORIA por Olga Weyne
Traducción para todos
Sol en Cáncer
Luna en Capricornio en casa cuatro
Intento de descripción del núcleo
Acá tenemos un conjunto de energías presentes en el ADN de la carta que, si las retraducimos a lo psicológico-colectivo, dan por resultado un alto grado de sensibilidad; es más, hasta podríamos decir de hiper-sensibilidad.
Este conjunto tiene que ver con la solidaridad, la austeridad y el auto-sostén, porque es cierto que cuando vienen las épocas de las vacas flacas, sabemos cómo arreglarnos para ser austeros. Esto quizás arranca de nuestros antepasados los gauchos, aún cuando muchos de nosotros no descendamos directamente de ellos. Hay una modalidad cultural-social que se hereda, independientemente de la herencia étnica o familiar. Hay otro famoso refrán que ilustra esta parte del núcleo –hasta ahora luminosa y positiva- y es que “donde comen dos, comen tres”.
Este modo sensible y protector de tratar al “otro”, sabemos que es una realidad y nos los dice la gente que visita el país. De continuo aparecen modos sociales insólitamente distributivos, ligados también a la generosidad y abundancia del núcleo anterior. Sólo que acá no está favorecido por la abundancia material sino ejercitado desde una empatía espontánea, desde una cualidad de tocar, de hacerse cargo del dolor y las necesidades del prójimo. Esto lo tenemos en enorme proporción y es un buen rasgo colectivo, por cierto. O sea, forma parte de este núcleo en su faz “luminosa”: la cara de la moneda.
Este conjunto tiene que ver con la solidaridad, la austeridad y el auto-sostén, porque es cierto que cuando vienen las épocas de las vacas flacas, sabemos cómo arreglarnos para ser austeros. Esto quizás arranca de nuestros antepasados los gauchos, aún cuando muchos de nosotros no descendamos directamente de ellos. Hay una modalidad cultural-social que se hereda, independientemente de la herencia étnica o familiar. Hay otro famoso refrán que ilustra esta parte del núcleo –hasta ahora luminosa y positiva- y es que “donde comen dos, comen tres”.
Este modo sensible y protector de tratar al “otro”, sabemos que es una realidad y nos los dice la gente que visita el país. De continuo aparecen modos sociales insólitamente distributivos, ligados también a la generosidad y abundancia del núcleo anterior. Sólo que acá no está favorecido por la abundancia material sino ejercitado desde una empatía espontánea, desde una cualidad de tocar, de hacerse cargo del dolor y las necesidades del prójimo. Esto lo tenemos en enorme proporción y es un buen rasgo colectivo, por cierto. O sea, forma parte de este núcleo en su faz “luminosa”: la cara de la moneda.
CARA
- SENSIBILIDAD
- SOLIDARIDAD
- AUSTERIDAD
- “DONDE COMEN DOS, COMEN TRES”
Pero este núcleo también tiene una faz sombría. Me pareció que el título de la novela de un escritor muy leído en décadas anteriores, Osvaldo Soriano, lo ejemplificaba a la perfección: “Triste, solitario y final”. O sea: la queja, el tango, la autocompasión.
CECA
- “TRISTE, SOLITARIO Y FINAL”
- EL TANGO
- LA QUEJA
De nuevo, como en el núcleo anterior, vemos que cara y ceca constituyen la misma moneda, y de la luz vemos configurarse la sombra. Del mismo lugar que nutre nuestra sensibilidad, ese saber instintivo e innato acerca del dolor –propio o ajeno- esa comprensión acerca de la carencia y las debilidades, de esa misma fuente fácilmente surge algo que se transforma en sombrío. Y esto ocurre cuando el “yo” -en este caso la identidad colectiva- se coloca en ego irreducible y se auto-refiere todo lo que ocurre en el entorno. En ese momento aparece el personaje melancólico que tanto nutrió nuestra tradición novelística, nuestro arte y, en particular... ¡el tango!... ese fenómeno universal de exportación, junto con Gardel, Borges y Maradona.
¡Qué importante es ver que esto no es un defecto aislado, sino una compensación inconsciente de la parte hiper-sensible y empática! Tras la misma emoción quejosa que nos invadía en aquel 2002 en la cola del banco “que se robó nuestros ahorros”, o que hoy llena los discursos de muchos políticos que afirman que la Argentina quedó aislada del mundo tras el alejamiento del FMI -y de sus visitas de monitoreo periódicas- tras esa misma emoción lastimera, derrumbada, tras esa vivencia de que “estoy aquí, en el confín del mundo, y nadie se acuerda de mí”... ¡hay un tesoro desaprovechado de hipersensibilidad colectiva! O sea que, si se acepta esta hipótesis, en el personaje abandónico que encarnamos -enmascarado tras el lamento operístico/patético- se esconde la cara luminosa de la sensibilidad y -si se aprende a sobrevivir a tanto desborde- igualmente se vislumbra un interesante ejercicio de autosostén emocional. No hace falta ir a buscar estos talentos a otro lugar, los tenemos muy a mano. Pero los talentos también se desperdician -recordemos el núcleo anterior y su sombra: el derroche- y por ello ésta es una cuerda que los medios televisivos saben tocar muy bien cuando instan a respuestas inducidas.
¡Qué importante es ver que esto no es un defecto aislado, sino una compensación inconsciente de la parte hiper-sensible y empática! Tras la misma emoción quejosa que nos invadía en aquel 2002 en la cola del banco “que se robó nuestros ahorros”, o que hoy llena los discursos de muchos políticos que afirman que la Argentina quedó aislada del mundo tras el alejamiento del FMI -y de sus visitas de monitoreo periódicas- tras esa misma emoción lastimera, derrumbada, tras esa vivencia de que “estoy aquí, en el confín del mundo, y nadie se acuerda de mí”... ¡hay un tesoro desaprovechado de hipersensibilidad colectiva! O sea que, si se acepta esta hipótesis, en el personaje abandónico que encarnamos -enmascarado tras el lamento operístico/patético- se esconde la cara luminosa de la sensibilidad y -si se aprende a sobrevivir a tanto desborde- igualmente se vislumbra un interesante ejercicio de autosostén emocional. No hace falta ir a buscar estos talentos a otro lugar, los tenemos muy a mano. Pero los talentos también se desperdician -recordemos el núcleo anterior y su sombra: el derroche- y por ello ésta es una cuerda que los medios televisivos saben tocar muy bien cuando instan a respuestas inducidas.
Movilero: -¿Qué me puede decir de este suceso de violencia, qué terrible no? Todo mal no?
Entrevistado: -Sí, es terrible, es un desastre, en este país no se puede vivir más, no sé qué vamos a hacer, nadie nos escucha...
De esta manera, una y mil veces repetido en el día, un mismo robo o accidente violento aparenta ser miles de robos o accidentes. Y aunque a algunos nos cuesta creer que estos supuestos programas de noticias tengan televidentes, el hecho de que efectivamente los tengan corrobora que este núcleo maravilloso y ultra-sensible (pero que desde su sombra expresa la auto-compasión y la adicción a la queja eterna) es muy fuerte dentro del ADN colectivo nacional.
NÚCLEO TRES: SINGULARIDAD MATERIALIZADORA Y CREATIVA
Traducción para todos
Saturno en Acuario en casa cinco (en oposición a Marte en Leo)
Urano en casa dos
Intento de descripción del núcleo
Este núcleo nos dice que en la representación colectiva llamada Argentina hay un componente indudable de singular creatividad. Y cuando digo “singular” quiero decir creatividad atípica, diferente; no estoy diciendo “única”. Nos dice además que esta creatividad está ligada a la necesidad de materializar, de hacer algo concreto y maduro con ella.
Agregando a lo anterior un par de frases comunes, todos podemos reconocer lo siguiente, como rasgos compartidos de nuestra sociedad:
CARA
- FORMULACIONES SOCIO-ECONÓMICAS INNOVADORAS
- CREACIÓN Y USO DE REDES (SOCIALES Y CIBERNÉTICAS)
- PRODUCCIÓN ARTÍSTICA DE VANGUARDIA
Hemos dado a lo largo de la historia muchas respuestas creativas y singulares. Se vio desde la gesta de Mayo de 1810, donde una sociedad situada en el extremo del mundo, estaba a la vez cuidadosamente informada de los sucesos europeos y supo sacar provecho de ello.
Luego tuvimos otras aventuras políticas, sociales y culturales. La creativa estrategia libertadora de San Martín fue una de ella. Y quizá la famosa Generación del 80 (la del siglo XIX, la de 1880) exprese la mayor cantidad de esos emprendimientos creativos que abrieron un surco singular en nuestra historia. Por ejemplo, la inmigración europea que -con todas sus ventajas y desventajas- dejó una impronta al diferenciarnos de casi todos los otros países de Sudamérica en materia de composición poblacional. De esta inmigración (de la que provienen muchos de nuestros bisabuelos, abuelos y padres “descendientes de los barcos”, al decir de un famoso escritor mexicano)...¡nacieron tantas cosas por las cuales todavía hoy somos conocidos en algunas partes del mundo! Por ejemplo, la educación obligatoria extendida a todos los descendientes de esos mismos inmigrantes, que nos transformó en esta curiosa sociedad de “gente informada y culta” que tanto asombra a los visitantes extranjeros. La de las letras y las artes, la de la investigación científica, que dio al mundo nombres de los que gustamos enorgullecernos, porque nos permite sentirnos “como si fuéramos del Primer Mundo”. Por supuesto, tanto la generación del 80 como otros momentos ultra-creativos de la historia argentina, siempre mostraron un contrapeso egoísta y cruel, por lo general ligado a la xenofobia o a una inclinación clasista extrema escamoteada tras los gestos “modernosos” de nuestra extendida clase media. Pero esto es motivo de descripción de otros dos núcleos.
Podríamos seguir citando invenciones vernáculas, luego adoptadas “por el mundo”, como los logos de Evita y el Che, los cuentos y poemas de Borges, los pañuelos de las Madres de Plaza de Mayo, los cacerolazos y la resistencia ante los burócratas del FMI, la osada fórmula político/económica que nos llevó a salir de la deuda externa y que ahora otros países del mundo miran con sumo interés. Cabe a veces preguntarse cómo un país tan austral, tan alejado de los centros de decisión y de poder, puede introducir de manera tan efectiva símbolos del cambio social y político, construir estéticas de pregnancia universal como el tango o diseñar estrategias políticas o económicas heterodoxas y funcionales al mismo tiempo.
Durante los últimos días de lo que fue aquel doloroso año 2001, varios diarios de Europa intentaban describir la mecánica de una alternativa económica curiosamente creativa, surgida durante esta crisis: los clubes del trueque. De allí en más, los emprendimientos en red son los que contuvieron en gran medida la sangría económico-social de los últimos tiempos. ¿Quién los organiza, cómo, a partir de qué modelo? No se sabe bien cuál es el combustible de base, pero es un hecho que las redes y los emprendimientos comunitarios siguen brotando hasta el presente, en la Argentina, como hongos, desde el cierre de la década de los noventa, tan individualista y “cholula”. En el momento actual, constituyen la base de la renacida militancia política juvenil y obviamente son objeto de deseo de muchos partidos políticos. También es cierto que el diseño de redes arranca con mucha creatividad inicial pero suele terminar con un par o como mucho tres o cuatro individualidades sosteniendo el emprendimiento en su conjunto, pero de nuevo: en esto veremos el contrapeso de otros dos núcleos de la carta.
Ahora bien: lo que cuesta creer, es que rasgos como el del “vivillo” o el del “chanta” (argentinismos equivalentes al “pícaro” de las letras españolas) tengan que ver también con este núcleo. En efecto, estos arquetipos constituyen su cara sombría y se nutren de la misma energía, sólo que en la modalidad del detrimento.
CECA
- VIVEZA CRIOLLA
- “ LA MANO DE DIOS”
- “LO ATAMOS CON ALAMBRE”
Personajes de triste fama en el exterior como el argentino soberbio y sobrador, encarnan esta contracara del núcleo de la singularidad creativa. Lo más preocupante es que este arquetipo sigue siendo oscuramente valorado y admirado por nosotros. Durante la crisis del 2002, el éxito de la película “Nueve Reinas” -cuyo protagonista principal es un “rey de la transa” (o sea, de los negocios oscuros) - así lo corrobora. Incluso en la excelente película “Plata Dulce” de muchos años atrás, el personaje de Arteche –típico vividor y ladrón de guante blanco- se salva huyendo a Nueva York y dejando acá un tendal de pobres diablos que quisieron emular su trayectoria financiera, sólo que no pudieron.
Por supuesto que Maradona fue el mayor ídolo viviente capaz de encarnar ante todos –y ante el mundo entero- la ambigüedad de este arquetipo. Indudablemente talentoso y hasta podemos conceder que genial en su especialidad, su fama llegó al climax con un gol conocido como el de “la mano de Dios”. O sea, un gol con trampa, nada más y nada menos que ante los ingleses, los reyes históricos de la trampa y la piratería. Si bien en ese mismo campeonato Maradona brindó otro gol auténtico y realmente genial –que desde el punto de vista técnico será el que quedará validado como el gol del siglo- el que pasará a la historia a nivel masivo será aquel otro: el del “vivo jugador argentino” que se vanaglorió –él y su pueblo- de tan sagaz artimaña ante los ingleses.
Perfectamente podríamos decir: “pero ése es Maradona... ¿qué tiene que ver conmigo?”. Pues sí: tiene que ver con todos nosotros porque, lo reconozcamos o no, por lo menos así logramos ser vistos por el mundo. Lo lamentemos o no, momentáneamente no hay alguien que haga este tipo de ejercicios de pirotecnia creativa ante el mundo, por lo menos en lo futbolístico ya que el genial Messi cultiva un estilo mucho menos transgresor y con mucha menor resonancia mediática en lo que hace a sus conductas.
Durante la crisis del 2002 y en años posteriores, igual logramos instalarnos en algunas primeras planas del mundo por otro tipo de pirotecnia bochornosa: la de los que se creyeron vivos y astutos en el mundo financiero, y que luego terminaron comidos por su propio juego. De nuevo, aunque digamos que nada tenemos que ver con los banqueros de la época pre-corralito, con los economistas como Cavallo, o con políticos feudales como Menem, más aún, aunque protestemos diciendo que de hecho la crisis que ellos gestaron nos tuvieron a todos como sus víctimas, no podemos desligarnos de lo que hemos materializado a nivel colectivo. Nadie salió a retrucarle a estos personajes -en su momento y de manera efectiva- cuando aparentemente se llevaban el mundo por delante. Sólo cuestionamos y criticamos sus actos cuando empezaron a afectar los bolsillos de quienes antes preferían la negación de lo que se iba gestando por debajo. Por lo tanto, por apoyo o por omisión, el efecto deplorable del arquetipo del “chanta genial” -sea en el deporte, en la política o en el mundo de las finanzas- es de nuestra total incumbencia y responsabilidad.
En este año 2011 de recambio político algunos pensamos -o queremos creer- que muchas de estas tendencias fueron por lo menos reconocidas como peligrosas, y que en algunos sectores sociales y culturales se está intentando una mudanza de costumbres. Pero si no asumimos que estas modalidades no son sólo de quienes tenemos enfrente sino que infiltran inconscientemente toda la circulación social nacional, el peligro de retorno de estos arquetipos sombríos sigue siendo grande. La televisión continúa abonando una cantera ilustrativa, sobre todo en algunos programas ligados al divertimento masivo y liviano.
En definitiva y puesto que éste es el núcleo creativo del ADN nacional ¿estaremos obligados a seguir materializando desde la “chantada” y el infantilismo o estará ya llegando el momento en que empezaremos a hacerlo de manera efectiva y sostenida desde las redes y la solidaridad grupal?
NÚCLEO CUATRO: MENTES BRILLANTES, CORAZONES VALIENTES
Fórmula técnica para los astrólogos
Sol en casa diez
Marte en Leo en casa once
Mercurio y Venus en casa nueve
Intento de descripción del núcleo
Este núcleo habla de una gran fuerza y valentía, sobre todo para liderar procesos grupales y colectivos que impliquen cambios de paradigmas y ampliación de ideas.
La cara luminosa de este núcleo podemos ejemplificarla con otro personaje de nuestra historia, incuestionado hasta el presente: el libertador San Martín. ¿Le estaremos proyectando algún “anhelo de virtud absoluta” con esta apreciación? Bueno, quizá lo estemos haciendo, pero de cualquier manera nos sirve como ejemplo de lo que queremos describir.
CARA
- CAPACIDAD DE LIDERAZGO
- FUERZA Y SÍNTESIS MENTAL
- VALENTÍA
- “SAN MARTÍN”
Esta fuerza y este liderazgo civilizador estuvieron realmente presentes en muchos momentos de nuestra historia, en el siglo XIX. Quizás no los recordemos porque ocurrieron en el siglo pasado, pero hubo en nuestras guerras de Independencia capítulos de auténtico heroísmo, así como hubo conductores excepcionalmente lúcidos en materia social y económica: uno de los más obvios en este sentido fue Manuel Belgrano. En el siglo XX hubo también emprendimientos heroicos en la cultura, como las editoriales que inundaron las librerías de habla hispana en todo el mundo y como las universidades que se llenaron –además de los propios- también con alumnos de los países limítrofes. Esta tendencia decayó en las últimas décadas del siglo pasado y ahora está volviendo a remontar.
Hubo además -y por suerte sigue habiendo- héroes privados, particulares, anónimos. A partir del dolor de las crisis económicas que aún podemos recordar, hemos constatado que los ciudadanos carenciados son, en particular, los que más actúan en este sentido. Los maestros de frontera, por ejemplo, o los que arman comedores infantiles en sus propias y humildes casas, o los cartoneros organizados –por citar sólo a algunos- son líderes valientes que no se dejaron derrotar fácilmente en esos momentos de tanto riesgo. Siguen sosteniendo ideas brillantes y osadas, como por ejemplo, que este país da como para que algún día todos sus habitantes vivan felices. Y deciden jugarse por estas ideas a las que (dentro de este núcleo del ADN nacional) ya no llamaríamos utopías, porque este fenómeno vive entre nosotros y vuelve periódicamente a mostrar sus concreciones. Porque tenemos tela para esto y no es vanagloria: esta heroicidad inteligente colectiva parece que existe.
Esta fuerza y síntesis mental, además y pese a las periódicas crisis, sigue dando frutos impensados. ¿Cómo explicar sino que en la década pasada, con los sueldos de miseria y con el desmantelamiento de los institutos, el Conicet haya resistido o que tantos de los que se fueron buscando mejores condiciones materiales, aunque lograron instalarse en el mundo a satisfacción, ahora, en esta vuelta de tuerca de la esperanza colectiva, estén volviendo al país? Por un lado es evidente que las actuales políticas gubernamentales retornaron a apoyar el esfuerzo científico y cultural, pero este nuevo despegue no puede ser solamente adjudicado a un programa de gobierno. ¿Desde qué lugar podría haber vuelto a emerger todo este brío sino desde cierto “gen” del ADN nacional que todavía se sostiene sintético y fuerte?
Sumémosle a lo anterior la curiosidad y el interés –en todas las capas sociales y culturales- por lo que pasa en el exterior, por lo que ocurre en el mundo. Cuesta creer que pese a los años de crisis y desprotección social y a la miseria cultural de la “televisión basura” ¡leemos todavía...! Más aún, el auge de internet con todos sus derivados nos cuenta, como no podía ser de otra manera, entre los países de mayor consumo, si bien este fenómeno tiende a extenderse por todo el planeta.
Ahora bien: toda esta tendencia indudable empieza a gestar consecuencias no queridas cuando nos ufanamos excesivamente de estos talentos especiales. Y esto sucede demasiado a menudo. Así fuimos transformando este núcleo –a partir de su cara sombría- en la manifestación deplorable del orgullo intelectual y hasta de la discriminación racial. Nos creímos los “blancos europeos” de América Latina, y nos ensoberbecimos de esa supuesta condición.
CECA
- “SOY GARDEL”
- CAMPEONES DEL MUNDO
- “SOMOS CULTOS”
- EL FÚTBOL
La consigna “Soy Gardel”, refleja a la perfección el costado oscuro de este núcleo. Todos sabemos muy bien cómo nos ven en América Latina y ahora diríamos que en el mundo entero, por supuesto cuando -cada tanto- alguien en el mundo repara en nosotros. Lo ilustra a la perfección el famoso chiste latinoamericano: “Haga un buen negocio, compre un argentino por lo que vale y véndalo por lo que él cree que vale”. El orgullo, la soberbia, la insistencia en que somos cultos, en que somos los campeones del Mundo. La manera como fue tratado Maradona en este último mundial 2010: de nuevo la adhesión y el rechazo como emociones extremas, la gran decepción por no haber logrado el lugar número uno, el único por el que vale la pena luchar. El fútbol abona este núcleo de manera muy especial, porque no es solamente un tema de fuerza física sino básicamente una muestra de ingenio y de brillantez estratégica.
De vuelta, ésta es una sombra que emerge de la cara luminosa de un núcleo enormemente valioso. Y por cierto, expresamos ambas cosas. Cuando periódicamente caemos de ese pedestal imaginario sentimos que el resto del mundo -con justa razón- nos mira con pena, básicamente porque se percibe el mal uso que hicimos de este enorme talento. Aunque de hecho “el mundo” no está tan pendiente de nosotros como este núcleo nuestro imagina, el resultado es lo que habíamos analizado en la parte oscura del núcleo dos, o sea, lo que cada tanto termina como “triste, solitario y final”.
NÚCLEO CINCO: LA BÚSQUEDA DEL “OTRO COMPLEMENTARIO”
Fórmula técnica para los astrólogos
Traducción para todos
Ascendente en Libra
Sol y Venus en Cáncer en oposicion a la Luna
Intento de descripción del núcleo
Este núcleo de la carta de nuestro país, indica que para ser algo “completo”, para redondear una unidad, es indispensable complementarse con otro. Es una maravillosa energía para el acompañamiento y la solidaridad. Pero uno de sus componentes no lo hace fácil de vivir, más bien todo lo contrario.
CARA
- SER “CON” EL OTRO
- COMPLEMENTARIEDAD
Todos hemos asistido, alguna vez, a esta escena por televisión: apenas un extranjero famoso visita nuestro país, aún no terminó de bajar del avión cuando ya el periodista le está preguntando: “¿Qué le parece la Argentina ?”. Esto revela cuán difícil de vivir es este núcleo para un país que se vanagloria (según vimos antes) de “ser Gardel”. El tema es “ser con el otro”, o jugar “al lado del otro”, pero una estructura tan ficticiamente autocentrada lo retraduce como “ser para el otro”. Y esto despierta todo tipo de contradicciones vinculares.
Por eso la historia de la Argentina -lamentablemente- se caracterizó por haber dado la espalda al resto de Latinoamérica: porque nunca registramos a nuestro “otro” real. Nuestro “otro” imaginario fue en el siglo pasado Europa, y en este siglo se le agregó por derecho propio EE UU. ¿En que quedó entonces ese maravilloso núcleo complementario, vivido sombríamente? En que, como terminamos sintiendo que “somos para el otro”, quedamos en total dependencia de la mirada ajena.
Recién en los últimos años, con el acercamiento a Brasil desde una perspectiva más realista por parte de la Argentina, esto es, asumiendo las diferencias obvias en materia de crecimiento económico respectivo, esta negación a ligarnos a quienes son nuestros espontáneos socios regionales, empezó a moderarse. La inserción en la Unasur de manera responsable y solidaria, el acercamiento de dirigentes de otras naciones latinoamericanas y nuestra respuesta entusiasta al respecto -por lo menos de gran parte de la población- son indicios que en mi opinión alientan a pensar que este núcleo, que prontamente será tocado por el tránsito de Saturno, empiece a estar menos ciego en la conciencia colectiva. Pero no todo se alquimiza tan rápidamente.
CECA
- SER “PARA” EL OTRO
- DEPENDENCIA DE LA MIRADA AJENA
- “REVISTA CARAS”
Volviendo a la escena conocida: es obvio que el periodista que inquiere ansioso la opinión de un visitante extranjero sobre nuestro país al pie del avión, sólo lo hará si aquél es un europeo o un norteamericano. Raramente le preguntará lo mismo a alguien que provenga de un país sudamericano salvo que se trate de Vargas Llosa o de algún otro latinoamericano enamorado del mundo civilizado que -en estos términos- sigue siendo Europa o los Estados Unidos. Esta escena denota nuestra penosa adicción a la estética y los valores de la revista “Caras”, premio consuelo de lo que en realidad anhelaríamos tener: una revista “Hola” en el estilo hispano más conservador, llena de personajes de la realeza. O sea que hemos anhelado un partenaire construido a medida de nuestro espejo ficticio: el antiguamente denominado Primer Mundo. Y nos hemos convencido puerilmente de que podíamos realmente reflejarnos en él.
NÚCLEO SEIS: EL PODER DE LO PROFUNDO
Fórmula técnica para los astrólogos
Traducción para todos
Plutón en Piscis en casa seis (en cuadratura a Neptuno)
Júpiter en Escorpio
Intento de descripción del núcleo
Este es un núcleo especial, porque su fuerza y su poder no se revelan fácilmente sino que actúan de manera subterránea. Se trata de una enorme resonancia a todo lo que vibra en el trasfondo de las cosas y de la realidad. Un magnetismo sutil y al mismo tiempo poderoso.
Este último núcleo también lo vamos a reconocer fácilmente en situaciones de nuestra historia, no sé si tanto en su parte luminosa, pero sí seguramente en su cara más sombría.
CARA
- PROFUNDO Y ESPIRITUAL
- TRANSFORMACIONES DESDE EL INCONSCIENTE COLECTIVO
- EL MUNDO “PSI”
- LO “SAGRADO”
Primero veamos su parte luminosa. ¿Hay algo más misterioso que ser uno de los tres países mas psicoanalizados del mundo? ¿Ser el país que más apreció a Ingmar Bergman o a Woody Allen, cuando éstos ni siquiera eran al principio comprendidos en sus propios países? ¿Hay algo más misterioso que reuniones como las que se dieron en el año 2002 para la lectura de esta carta en un país que en esos momentos se caía del mapa por cuestiones económicas? ¿O el interés por este tipo de temas, como los que alentamos actualmente desde AATP, llenando páginas de facebook y blogs varios?
Desde hace tiempo vienen pasantes e investigadores -ahora sí, desde Europa y Estados Unidos, qué emoción para el núcleo anterior- a estudiar varios fenómenos locales como por ejemplo la cartelera teatral y de espectáculos (no la comercial sino la independiente y la underground) que de manera inexplicable es más tupida que la de Nueva York o Londres y no estoy exagerando.
En lo que hace a estudios científicos “en el límite” -lo que podríamos llamar Nuevos Paradigmas- todo lo que Casa XI gestó y abrió es también material de consumo -por internet o a través de visitas del exterior- y esto ahora se extiende al mosaico de exploraciones y espacios derivados de este lugar de formación de tantos de nosotros; nuestra Red LunaVenus sería uno de ellos. Estos visitantes o lectores lejanos se asombran tanto como nosotros, al constatar este fenómeno raro e incomprensible, tanta apertura a los nuevos paradigmas en -de nuevo- un país austral y alejado de los centros culturales de vanguardia del planeta. Nos cuentan que Liz Greene no podía casi creerlo, cuando un visitante argentino le contó la cantidad de alumnos que albergaba Casa XI, lugar donde sus libros son tan consumidos y apreciados.
En lo que hace a estudios científicos “en el límite” -lo que podríamos llamar Nuevos Paradigmas- todo lo que Casa XI gestó y abrió es también material de consumo -por internet o a través de visitas del exterior- y esto ahora se extiende al mosaico de exploraciones y espacios derivados de este lugar de formación de tantos de nosotros; nuestra Red LunaVenus sería uno de ellos. Estos visitantes o lectores lejanos se asombran tanto como nosotros, al constatar este fenómeno raro e incomprensible, tanta apertura a los nuevos paradigmas en -de nuevo- un país austral y alejado de los centros culturales de vanguardia del planeta. Nos cuentan que Liz Greene no podía casi creerlo, cuando un visitante argentino le contó la cantidad de alumnos que albergaba Casa XI, lugar donde sus libros son tan consumidos y apreciados.
Este núcleo implica por lo tanto un resonar con los códigos de la profundidad o simbólicos (léase: psicoanálisis, astrología, arte, nuevos paradigmas, esoterismo, etc.) y éstos se siguen encuadrando, casi siempre, para bien y para mal, en las vertientes más occidentales y actualizadas. Por lo menos en las grandes ciudades del país, ni siquiera hace falta haberse psicoanalizado demasiado para compartir diálogos cotidianos que incluyen con relativa facilidad el análisis de lo subjetivo y de las profundidades misteriosas de lo humano. Hemos difundido esa cualidad, compartimos esos intereses y nuestro código cotidiano lleno de metáforas y alusiones es una de las cosas que más extrañamos cuando nos vamos del país.
Ahora bien: en su faz oscura, éste se revela como uno de los núcleos peor usados. Va a parecer raro, pero sin embargo la misma energía que alimenta la profundidad espiritual y psicológica, es la que alimenta el lado sombrio más temido del país.
CECA
- EL PODER DE LO OCULTO
- “EL OSCURO ES EL OTRO... Y YO SOY SU VÍCTIMA”
- LAS MAFIAS, LAS SECTAS
- LAS GUERRAS SUCIAS, LOS GENOCIDIOS
Me imagino que esto, dicho así de golpe, no es fácil de aceptar y por lo tanto pido un poco de tolerancia mental-emocional para la hipótesis que voy a proponer. Porque en su faz sombría, pese a lo maravilloso de este núcleo, acá vuelve a aparecer un “otro oscuro” que se manifiesta no sólo como temido sino como enemigo peligroso extremo, por lo tanto, a aniquilar. En el caso argentino y latinoamericano se ha encarnado en las mafias, en las sectas, en los políticos enmascarados tras sus mentiras inconfesables, en los civiles que golpearon a los cuarteles en cuanta oportunidad tuvieron, en las posiciones ideológicas extremas -de derecha y de izquierda- en las guerras terroríficas de las etapas que, invoquemos, ya son cosa del pasado pero han dejado tantas heridas aún abiertas.
Aunque en su faz luminosa este núcleo se construye con referencias a la potencia transformadora, en su faz oscura se constela con referencias al poder de “unos contra otros”. En su faz luminosa este poder es curativo y transformador, pero ¿en qué queda tanta maravilla si no se resignifica y cuestiona a fondo el arquetipo más potente y misterioso, el que traspasa toda la historia de lo humano, aquél que termina derivando la potencia de transformación en potencia de muerte? Estamos hablando, por supuesto, de la creencia básica en “el arquetipo del enemigo”. Arquetipo poderoso como pocos porque es el que construye y defiende –en el mundo que conocemos hoy por hoy, históricamente- las identidades tribales defensivas. Las que están haciendo de techo asfixiante para toda la humanidad.
Sombríamente se confiere a ese “otro” demasiada energía, sin querer reconocer que sería posible recuperarla si existiera en cada uno de nosotros un compromiso a fondo con la transformación. Claro que eso exigiría -sí o sí- un trabajo previo con el ego, con los egoísmos personales o clánicos, con el ombliguismo de base que cada uno de nosotros cultiva. Y como es obvio que ese compromiso aún está lejos en el horizonte, ese poder se delega –se proyecta- en los “otros oscuros”, transformados en totems tiránicos o en chivos expiatorios.
Sombríamente se confiere a ese “otro” demasiada energía, sin querer reconocer que sería posible recuperarla si existiera en cada uno de nosotros un compromiso a fondo con la transformación. Claro que eso exigiría -sí o sí- un trabajo previo con el ego, con los egoísmos personales o clánicos, con el ombliguismo de base que cada uno de nosotros cultiva. Y como es obvio que ese compromiso aún está lejos en el horizonte, ese poder se delega –se proyecta- en los “otros oscuros”, transformados en totems tiránicos o en chivos expiatorios.
Es cierto que compartimos esto con la humanidad y que no se trata de un defecto específicamente argentino. Pero miremos lo que nos compete, por ahora... ¡Cuánto de nuestra ceguera hay en las sectas, cuánto de nuestra omisión alimenta las mafias! Y cuánto de nuestro egoísmo personal y ciudadano resulta cabalmente representado por los políticos –de cualquier partido o tendencia- que apenas toman el poder inevitablemente lo transforman en poder oscuro.
Ahora bien ¿hay garantías de que nuestra pequeña coima –la famosa “mordida” o porcentaje de los poderosos, llevada a la proporción de nuestra vida cotidiana- o nuestros mezquinos juegos de manipulación dentro de la familia o de la oficina, no se agranden y equivalgan al de los senadores o ministros cuestionados, si la oportunidad o el destino nos ponen algún día en una situación de manejo del poder público?
Quizá la manera más eficaz de dar vuelta la negatividad de este núcleo es preguntarnos –con total franqueza- si alguno de nosotros podría “tirar la primera piedra”, como dice el evangelio.
Este año 2011 habremos de elegir nuevos gobernantes. ¿Alguno podría decir que confía en que este núcleo se puede haber revertido, y que algún político lo expresa de manera cabal en su sentido “luminoso”? Quizá la clave sea no buscar esto afuera sino adentro de cada uno de nosotros.
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Continuaremos con el epílogo o parte 3:
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Continuaremos con el epílogo o parte 3:
Cómo estos seis núcleos orbitan entre sí armando un circuito circular repetitivo y cómo en algún momento ese círculo del “eterno retorno” se puede transformar en espiral (y así salir de su estancamiento).